Robert Graves escribía en una habitación en la que todos los muebles y objetos habían sido hechos a mano. Ernest Hemingway solía escribir de pie mientras que D.H. Lawrence prefería hacerlo bajo un árbol. Katherine Anne Porter dijo que ella escribía cuando estaba en el campo, donde vivía como una eremita. Es célebre que el gran bohemio que fue Benjamin Franklin escribía en la bañera, mientes que Marcel Proust lo hacía desde la cama y llegó a insonorizarse una habitación en París para que nada lo distrajera. Balzac, un escritor de producción y talento superlativos, comía hasta no poder más a las cinco de la tarde, se echaba a dormir hasta medianoche y entonces se levantaba y escribía en un pequeño escritorio que tenía en su habitación durante dieciséis horas seguidas mientras bebía café sin cesar. Cuando sus hijos eran pequeños, Toni Morrison tuvo que refugiarse en la habitación de un motel para poder seguir escribiendo y encontró allí la paz que E. B. White buscó en una cabaña con vistas al mar.
Jane Austen escribió sus primeras novelas en el piso de arriba de la rectoría de su padre en Hampshire, pero no logró publicarlas. Su familia se trasladó a Bath en 1800, pero allí le resultó imposible escribir nada en su nuevo hogar y no volvió a recuperar la inspiración hasta que regresó a Hampshire y se instaló en una casa en un terreno propiedad de su hermano Edward. En esa casa, Chawton Cottage, Jane convivía con sus hijas y con su amiga Martha Lloyd. No sobraba el espacio, así que se instaló para escribir en una pequeña mesa de nogal de doce lados que estaba cerca de una ventana del comedor. En esa mesa, quizá la más pequeña que haya utilizado un escritor, Jane escribía en cuartillas pequeñas que podía esconder con facilidad si venía alguien o tapar con el papel secante. No disfrutaba de privacidad, espacio o silencio y a su alrededor, mientras ella mojaba la pluma en el tintero, las demás mujeres de la casa proseguían con su vida cotidiana.
De esa minúscula mesa en el vestíbulo, a la vista de todos los habitantes de la casa, salieron los manuscritos de Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio. También en ella escribió Austen Mansfield Park, Emma y Persuación. Tras la muerte de Jane en 1815 y de su hermana Cassandra en 1845, la mesa fue regalada a uno de los criados. Hoy se ha recuperado y vuelve a estar en el lugar en el que Jane Austen escribía, mostrando a los visitantes modernos los pocos aditamentos que necesita el talento para abrirse paso en la literatura. A continuación mostramos una fotografía en primer plano de la modesta mesa y una segunda fotografía del salón, donde el pequeño escritorio de Jane junto a la pared apenas puede verse, casi oculto por la mesa del comedor, en la que puede apreciarse mejor su pequeño tamaño y su posición en la casa.

Una perspectiva del salón de Chawton Cottage, la casa en la que Jane Austen escribió sus grandes novelas. Junto a la pared, detrás de la mesa de comedor, se aprecia la diminuta mesa en la que escribía y que hemos visto en primer plano en la fotografía anterior.
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